No, no es juguete
Lo bueno de los tejados, es que puedes pensar tranquila. Estas tu sola, con el frío, la lluvia y los ruidos de la calle. Mirando las luces y ordenando la cabeza.
Desde mi tejado lo veo todo más claro, como si me pusiera unas gafas 'de comprenderlo todo'. Y poco a poco todo va fluyendo.
Volver a casa sonriendo y pisando fuerte. Da igual q nadie me vaya a abrazar ni hoy, ni mañana ni, posiblemente, en un largo periodo de tiempo. No me hace falta.
La cama la caliento yo, de ese modo, podré seguir pisando fuerte. Haciendo mi vida y subiendome a los tejados cuando me de la gana.
A día de hoy no tengo la necesidad de estar acompañada, y busco de un modo casi inconsciente la soledad. Los momentos en los que puedo evadirme de trabajo, problemas médicos y familia. y simplemente, me subo a mi tejado; contemplando las luces de la ciudad de noche y respirando el frío.
Cuando quiero calor, ya se hacia donde dirigir mis pasos. Y esta todo tan claro, que me asusta.
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